Los bebés alimentados con fórmula tienen 40% de riesgo de padecer asma en comparación con los bebés amamanatados a pesar de no tener antecedentes familiares de asmáticos.
Los bebés alimentados con fórmula tienen 40% de riesgo de padecer asma en comparación con los bebés amamanatados a pesar de no tener antecedentes familiares de asmáticos.