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¡Bienvenida!

Prepárate para una experiencia saludable y emocionalmente positiva.

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La respuesta es si!!!

La intimidad de la pareja es algo que debe trabajarse y procurarse siempre pues el amor y la relación puede crecer y ser cada día mas hermosa y profunda. Ahora su proyecto de pareja y de familia es la prioridad para los nuevos padres ya que es el proyecto mas importante de su vida!! La intimidad sexual debe estar presente en la relación de pareja a pesar de que decidir tener relaciones sexuales genitales después del nacimiento del bebé, es una preocupación para muchas parejas. En cuanto la mamá se sienta recuperada del parto y ya no presente sangrado abundante será un buen momento, con mucho amor y delicadeza procurando el abrazo, los besos y las caricias que la conforten y le ayuden a sentirse muy amada.

Si el bebé duerme en el mismo cuarto que sus papás y ya esta tranquilo y dormido, es posible tener relaciones sexuales genitales sin que él lo perciba o lo note, pero si está llorando o tiene hambre por supuesto que la prioridad es atender al bebé primero, por lo que ambos tenemos que ser generosos y demostrar con hechos que nuestro amor se desborda hacia nuestro hijo. Es fundamental tener un gran respeto al bebé, por ello nunca debemos gritar, ni pelear en su presencia pues efectivamente lo podemos angustiar mucho pues aunque no puede comprender lo que sucede, percibe la ansiedad y las voces violentas.

El bebé o el niño que ve a sus padres abrazarse y tener manifestaciones de afecto se siente seguro y feliz pues efectivamente percibe que se aman y están muy unidos; ésto le da estabilidad y seguridad.  Si se practica el colecho, es decir que el bebé duerma en la misma cama con sus papás, se puede elegir con buena comunicación y creatividad el momento e incluso el lugar para tener privacidad, si lo consideran mas adecuado.

La relación sexual íntima es un tema del amor que se tiene la pareja que no debe compartirse con nadie mas y expresa el amor verdadero en el que existe una genuina entrega total mutua. Es importante que en nuestra relación de pareja exista el contacto sexual genital pues es cuando logramos la máxima unión, intimidad y la consumación nuestro amor, sin embargo habrá situaciones que nos hagan aplazar este hermoso momento sin que nuestro amor se dañe si mantenemos una estrecha comunicación y procuramos buscar el momento oportuno para encontrarnos.

 

 

Es frecuente que los padres tengamos dudas o nos preguntemos cual será el mejor momento de hablar de sexualidad a nuestros hijos y muchas veces experimentamos gran ansiedad en cuanto vemos que el día de hacerlo se acerca y se hace inminente ante las inquietudes y preguntas de los niños. No sabemos por donde empezar y cuando nos decidimos a hacerlo, generalmente ya es demasiado tarde pues el entorno, la televisión, la computadora y los compañeros de escuela han sido sus fuentes de información en estos temas y se nos han adelantado, generando malos entendidos, confusiones y errores. Entonces es fundamental estar muy cerca de ellos,  alerta a sus preguntas y siempre responderles con la verdad y en el contexto del amor, usando los nombres correctos  para sus órganos sexuales para que puedan confiar en ti y se fomente una buena comunicación con ellos ayudándoles a descubrir la belleza gloriosa del plan del creador quien diseñó  nuestra sexualidad.

Todos recordamos de nuestras más tempranas memorias la imperiosa curiosidad, de saber porqué los niños y las niñas son diferentes.

Desde el momento en que el niño es concebido y tiene la experiencia de ser recibido amorosamente inicia su educación en la sexualidad que debe continuarse ininterrumpidamente a lo largo de su desarrollo. Así, sin palabras, sin libros, sin prejuicios y siguiendo el ritmo misterioso de la vida misma, los niños aprenden todo sobre la sexualidad desde el vientre de su madre y perciben la vida, pronto escuchan la voz aguda de mamá y la voz grave de papá y empiezan a reconocerlos y a descubrir que son diferentes.

Después experimenta la aventura del parto y el apasionante momento de encontrarse cara a cara con su madre. La necesidad de ser abrazado y  alimentado es inaplazable y el gozo de tenerla cerca y de ser amamantado es su experiencia vital de placer y satisfacción por medio de la cual conoce el amor puro y desinteresado así como la entrega incondicional de su madre, pase lo que pase, su bienestar esta garantizado por sus cuidados y su amor.

Siente los brazos firmes de su padre, su cara su piel más gruesa, su barba sus juegos bruscos y divertidos y así en la magia de la convivencia en la familia reconoce las diferencias entre los dos sexos y empieza a descubrir su propia identidad.

El siguiente reto consiste en descubrir que significa amar. El niño tiene que cambiar su egoísmo fundamental, expresado con sus primeras palabras «mio, mi, yo» y poco a poco transformarse en un ser humano maduro, amoroso, que se entrega y es capaz de sacrificarse por el otro. Este proceso esta tatuado en nuestra sexualidad pues todos estamos llamados a  entregarnos para dar vida. Y es que el sexo tiene todo que ver con la vida misma.

Es necesario ayudar a los niños a distinguir lo bueno de lo malo, ofreciendo a nuestros hijos conversaciones abiertas, regulares, normales, saludables sobre el hermoso plan de la naturaleza para nuestra sexualidad que es la unión del hombre y la mujer para dar vida formando una familia humana, así como favorecer momentos de convivencia con ellos y abrazarlos mucho pues lo necesitan fisicamente para sentirse amados.

De esta forma podremos ayudarles a satisfacer el hambre de conocer este plan sobre la sexualidad y el deseo sexual que los griegos llamaron «eros». Lograr que lo torcido y desviado que los niños ven y escuchan en todos lados (lo erótico), recupere su verdadero sentido, descubriendo que el sexo es verdadero, hermoso y bueno.

Nuestra cultura actual está expuesta a la pornografía que se les presenta a niños y adultos sin que la busquen, a los 11 años en promedio los niños han tenido esta experiencia y el 80% de los adolescentes han visto pornografía en internet. ¿Qué hacer ante esta alarmante situación? Si descubres a tu hijo o hija tocando sus genitales o viendo pornografía no le grites, no lo apenes, no le digas que es sucio, pues su deseo por saber es bueno y natural, explícale amorosamente que ver pornografía es como hartarse de comida chatarra que le hará sentir mal y enfermarse y que descubra que está invitado a un verdadero banquete en el que encontrará el amor verdadero en el momento en que esté maduro y listo para entregarse de verdad para dar vida.

Ante los impulsos sexuales que todos tenemos hay tres opciones; reprimirlos, hartarse con la «comida chatarra» volviéndose adictos a la pornografía y la tercera abrirse a la invitación al banquete al que estamos llamados, reorientando nuestro deseo hacia lo bueno y lo verdadero, siendo dueños de nosotros mismos, eligiendo cambiar la gratificación inmediata saliendo del egocentrismo por el deseo de entregarse a si mismo para poder dar vida.

La fuerza dominante de «eros» tal y como Dios lo creó, es la salvación para esta generación los padres tenemos el deber de educarnos mas en el plan del Creador sobre la sexualidad y empezar a caminar con paso firme para informarnos y transformarnos. Tener paciencia y compasión con nosotros mismos y con nuestros propios padres que no pudieron abrir ante nosotros este hermoso panorama y finalmente tener confianza en mostrar a nuestros hijos el banquete al que están llamados (gozar la unión del hombre y la mujer para dar vida, experimentando el amor total, libre, fiel y fecundo) y guiarlos para que estén menos vulnerables a la comida chatarra (pornografía, masturbación, autocomplacencia, sexo sin compromiso ni responsabilidad) Y es que si no les decimos nada y permanecemos en silencio los estaremos encaminando hacia la comida chatarra que se les presentará sin que necesariamente la busquen, robándoles la inocencia, la bondad y la felicidad.

Educar es amar, es nuestra responsabilidad y nuestro privilegio como padres.

Referencia:  Christopher West 2023