«Cuida tu salud durante el embarazo y asiste a tu consulta prenatal regularmente. Come y duerme bien, vigila tu aumento de peso y haz ejercicio moderado. Evita automedicarte, el alcohol y el tabaco así como cualquier estilo de vida que dañe tu salud.
Elige un lugar adecuado para dar a luz que respete el parto natural y que tenga un bajo índice de cesáreas y de intervenciones médicas.
Busca un médico o partera que reconozca la importancia de favorecer el parto natural por ser la mejor opción en salud para la madre y el bebé cuando ambos están sanos.
Prepárate asistiendo a cursos de educación perinatal y formula un plan para tu parto que incluya lo que esperas del hospital y del equipo médico así como las acciones que ustedes llevarán a cabo para enfrentar el dolor y los retos del trabajo de parto y nacimiento. Coméntalo detalladamente con tu médico.
Busca la presencia de una doula en el parto
Evita la inducción del parto por elección, sin razones médicas que la indiquen.
Usa intervenciones médicas sólo cuando claramente sean necesarias, nunca por rutina. Evita suero en la vena y oxitocina artificial, monitor fetal electrónico continuo, ruptura artificial de la fuente, bloqueo peridural y episiotomía.
Permanece en tu casa lo más posible, descansa, come, bebe y utiliza medidas de confort (relajación, masaje, música, meditación, caminar y cambiar de posición) para enfrentar la fase inicial del trabajo de parto. Ingresa al hospital hasta que estés en trabajo de parto activo con contracciones fuertes y seguidas.
Durante el trabajo de parto activo en el hospital, cambia de posición, camina, balancéate, baila con suavidad, siéntate en la pelota, balancéate, relájate en la regadera o en la tina, respira profunda y lentamente durante las contracciones.
Al pujar hazlo en posiciones verticales que ayuden al bebé a descender. Puja hasta que sientas deseo de pujar y hazlo espontáneamente como tu cuerpo te lo pida. Confía en tu habilidad natural para dar a luz.»