Os cuento encantada, detalladamente, cómo fue todo, porque sin duda creo que las clases y lo que compartimos durante nuestro curso online ayudo mucho. Así que gracias de corazón Gaby por todo lo aportado, y gracias Moni por ponerme en contacto con ella y organizarlo todo.
Aun me parece increíble cuando recuerdo el parto… El domingo 19 por la mañana comencé a sentir contracciones pero no eran apenas dolorosas, solo algo molestas. No obstante, me di cuenta que el parto estaba al caer en ese día o al siguiente. Así que mientras las contracciones se fueran intensificando en dolor y frecuencia, como hablamos, decidí disfrutar del día en familia y estar haciendo cosas. Comimos fuera, jugamos en el parque… Y por la tarde, como todavía me encontraba bastante bien y para “movilizar a la mamá” fuimos andando desde el centro de la ciudad hasta casa (caminamos hora y media, o así). Al llegar a casa me di un baño relajante, y las contracciones ya se iban notando algo mas pero seguían sin ser casi dolorosas. Asi que cena tranquila, un rato relajándome sobre la pelota y me fui a descansar un poco a la cama. A la 1 de la mañana me desperté, ya las contracciones eran dolorosas y cada 10 minutos. Así que comencé a andar un poco por casa, estar de pie moviendo las caderas y reclinándome (apoyando los antebrazos sobre una mesa) cuando venían las contracciones. Así fueron pasando las horas y las contracciones pasaron a ser cada 5 minutos y para las 4 de la mañana eran ya cada 3 minutos y bastante dolorosas. Así que me tome una ducha relajante y decidimos prepararnos para ir al hospital. A las 5 de la mañana ingrese en el hospital, con unas contracciones muy fuertes. Rápidamente la matrona me miro y me dijo que estaba que estaba de 8 cm. Sin mas me paso a la sala de parto. Me preguntó cómo estaba más cómoda, y yo le dije que reclinándome sobre una superficie cuando llegaban las contracciones, y balanceándome un poco y moviendo las caderas entre contracción y contracción. Así que me pusieron las correas para monitorizar al bebé mientras yo estaba de pie apoyando los antebrazos en la cama. Pusieron una colchoneta bajo mis pies cubierta con una sábana. En esa altura, las contracciones eran muy dolorosas, eso no lo voy a negar! Pero aun así eran soportables, el hecho de que entre contracción y contracción hay un descanso ayuda muchísimo. Como nos enseñaste Gaby, durante todo el tiempo fui respirando según me lo pedía el cuerpo y vocalizando mucho. La vocalización me ayudaba mucho durante las intensas contracciones. Dos matronas estaban conmigo y Pedro me acariciaba y masajeaba la espalda y la cabeza. Las matronas me dijeron que cuando la bolsa se rompiera (aun no habia roto aguas) el bebé saldría en pocos minutos, porque estaba ya ahi mismo. Y efectivamente, un rato después la bolsa se rompió abruptamente y el dolor que empecé a notar fue tremendo. En ese punto, es cierto que por un momento senti que no podria soportarlo, que yo no era capaz de que aguantar aquello mucho tiempo. Notaba que el bebé estaba ya ahi a punto de salir, y las matronas me animaban a empujar como y cuando quisiera. En este punto vocalice pero un poco a gritos, si os soy sincera. El ardor que sentia era agudo. Pero en pocos minutos, noté como la cabeza salía, y poco después el resto del cuerpo. Mikel estaba ya ahí!!!!! Eran las 5:55 no habían pasado ni 55 minutos en total. Me senté sobre la colchoneta y pusieron a Mikel sobre mi, tal cual habia nacido. Estuvimos un poco asi, abrazados. Después me subi a la cama y me tumbe allí, con el sobre mi, para el alumbramiento de la placenta. Invitaron a Pedro a cortar el cordón y algo despues se produjo el alumbramiento de la placenta. Nos la enseñaron y nos explicaron como habia estado dentro de mi. Finalmente llamaron a la médico para que me revisara y me dijeron que habia un pequeño desgarro asi que me tuvieron que dar algún punto con anestesia local. Tras coserme pasamos una hora los tres juntos en la habitación, trajeron el desayuno, Mikel estaba sobre mi pecho… Y cuando ya estábamos los tres algo descansados, comidos… fui a ducharme y subimos a la habitación.
Desde que subimos a la habitación yo estaba llena de energía, sin ningún síntoma de dolor salvo los entuertos,… Una absoluta maravilla, sobre todo cuando comparo con cómo me sentí después de que Anne naciera.
No me extiendo más ahora, me toca ir donde el peque… Pero otra vez gracias Gaby, Moni, de verdad! Esta siendo una experiencia increíble, y vosotras habéis tenido un papel importante en ella.
Un beso,
Jaio