Para poder tomar decisiones asertivas en el cuidado de la salud de todos los miembros de tu familia es importante saber que existe una ciencia que puede auxiliarte en el proceso. La disciplina a la que me refiero es la Bioética, la cual estudia la bondad o la maldad de las acciones en materia de cuidados de la salud.
Y es que toda acción médica debe estar orientada a buscar el bien de las personas, velando, sobre todo, por su dignidad. De ahí que ante dilemas o decisiones difíciles vale la pena buscar el consejo de un experto en Bioética y reflexionar en las alternativas y opciones que se tengan en la protección de la salud.
Para tomar buenas decisiones debes reflexionar en tres puntos principales:
– Qué se va a hacer? Es una accion correcta y digna de la persona?
– Para que se va a hacer? Cuál es la intención?
– Cómo se va a hacer? Que medios se van a usar?
Un acto es bueno cuando los tres puntos son correctos y eticamente incorrecto si alguno no lo es.
Al presentarse alguna situación compleja, es fundamental que el médico que te atiende recuerde los principios éticos de su profesión y que tienen por objeto buscar el bien de sus pacientes. Entre ellos están:
“Haz el bien y evita el mal, lo primero: evita dañar”.
“El fin no justifica los medios”.
“Entre dos males escoger siempre el mal menor”.
En todo momento hay que buscar que se respete la ley natural y sus procesos fisiológicos tomando en cuenta que la ciencia médica está para servir a la persona y jamás para servirse de ella. En este sentido, es un deber del equipo de salud preservar la vida humana y prestar su servicio con confidencialidad y honestidad, de manera competente y cálida, basado en la evidencia científica, actualizado y, sobre todo, que respete la dignidad humana.
Para esto, debes preguntar al médico sobre los beneficios, los riesgos y los efectos secundarios de cualquier intervención que se te ofrezca así como las alternativas disponibles para que entonces puedas dar tu consentimiento informado.
Más si se refiere a tu embarazo, donde cada decisión es de suma importancia por tratarse de la gestación de una nueva vida. Como paciente debes ser la protagonista y tener el control tanto del embarazo como del parto, incluso hasta de las enfermedades, en caso de que existan, para evitar ser un objeto que pueda ser manipulado por el médico o la institución de salud a la que acudes.
Hay que recordar que la mujer en trabajo de parto tiene mucho que aportar, opinar, preguntar y merece ser escuchada. Tiene el derecho de que se le respondan sus dudas y se le explique todo lo relacionado con el cuidado de su salud y la de su hijo (a).
No hay duda, el nacimiento de un bebé es un verdadero milagro, y por ello, tanto la familia como el equipo de salud debemos hacer todo lo que esté en nuestras manos para preservar su vida y para buscar que su llegada sea, siempre, en las mejores condiciones.