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¡Bienvenida!

Prepárate para una experiencia saludable y emocionalmente positiva.

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En México, el 42.5% de la mujeres de 14 años y más forman parte de la población económicamente activa (PEA) y de acuerdo al INEGI, el 25.5% de los hogares son encabezados por una mujer. Esto nos lleva a pensar la importancia de que las madres que trabajan gocen de los suficientes apoyos para su desempeño  profesional y laboral pero sin descuidar su papel como mamá.  Y es que el hecho de que una madre ingrese al campo laboral no debería significar un impedimento para recibir atenciones fundamentales como lo es la alimentación requerida para su desarrollo y el de su hijo, entre otras de tipo físico y/o emocional.

En este sentido, la Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que lo mejor para los niños es recibir leche materna como alimento exclusivo desde que nace hasta los seis meses y también sugiere mantener la lactancia complementada con otros alimentos hasta, como mínimo, los dos primeros años de su vida. Si bien con esta práctica el niño adquiere nutrientes para su sano desarrollo también se fortalece el vínculo madre-hijo quienes, es sabido, deben permanecer juntos desde el primer momento.

Entre las ventajas para la salud del niño, sobresale la prevención de enfermedades tales como: diarrea, infecciones respiratorias, infecciones bacterianas y urinarias pero se dan otras aportaciones de mayor significación que mencionaré más adelante.

Al respecto, en necesario que, en nuestro país, los centros laborales cuenten con servicios de guardería y salas de lactancia. De esta forma, no se interrumpe el proceso alimenticio del bebé y la madre no se vería en la necesidad de suspender la lactancia tan indispensable en la protección de la vida y el sano crecimiento de sus hijos.

Cabe mencionar que la actual Ley Federal del Trabajo establece un apartado referente a la lactancia. Dicha ley señala en el Artículo 170 que las madres trabajadoras tendrán los siguientes derechos: Fracción IV.  En el periodo de lactancia tendrán dos reposos extraordinarios por día, de media hora cada uno, para alimentar a sus hijos, en un lugar adecuado e higiénico que designe la empresa. Destaca que en la Ley Federal del Trabajo no se especifica el tiempo de lactancia, pero sí en la Ley del Seguro Social que señala que debe hacerse por un periodo de seis meses.

Por otra parte, sería adecuado que cuando la madre se encuentre en la posibilidad de hacerlo, las guarderías y los centros de trabajo permitieran que las madres acudieran a ellas para amamantar a sus bebés en cualquier momento, o, en su caso, conservar y proporcionar a los bebés o a los niños la leche materna extraída que la mujer proporcionaría.

De esta manera – otorgando los servicios de guardería en los centros laborales o respetando los permisos por lactancia – sin duda,  se reduciría el ausentismo laboral, ya que la alimentación de este tipo protege a los bebés de enfermedades que, cuando se dan, exigen que las madres trabajadoras cuiden de ellos fuera del trabajo.

Más allá de la nutrición, la lactancia materna tiene otras enormes ventajas para el niño ya que al darse se establece una fuerte unión afectiva con su madre, fortaleciendo también  áreas de índole emocional como lo es su seguridad y confianza así como sentimientos de consuelo, cariño y compañía.

No hay duda: apoyar la lactancia de las madres que trabajan fuera de su casa es  un beneficio para toda la sociedad y qué mejor que iniciar fomentando la nutrición apropiada protegiendo  la salud materna e infantil.